Sesión 23 de setiembre 2009
Algunas estrategias de decrecimiento y su valoración crítica
Norman Solórzano
Para continuar con la revisión crítica sobre el desarrollo y los mitos que están implicados en estos discursos, es importante revisar las propuestas sobre el decrecimiento, por lo que estas puedan de tener de camino alternativo a las dinámicas de crecimiento (según el modelo neoliberal imperante), pero también para valorar cuán susceptibles son de ser recuperadas funcionalmente por el sistema.
No obstante, ahora solo ofrezco una síntesis de algunas estrategias de decrecimiento,[1] sin pretender ser exhaustivo ni que estas conjunten todo el pensamiento sobre dichas propuestas.
Algunas de las estrategias de decrecimiento son:
Supresión de la producción no deseada
Todos los productos y servicios que democráticamente no cuenten con la aprobación de las mayorías, deberán dejar de fabricarse. Es muy probable que en esta categoría entren las armas, los estupefacientes o los artículos suntuarios, sólo por dar unos ejemplos.
Promoción de la Economía Social y limitación al capital privado
La producción considerada necesaria se atenderá a partir de nuevas redes de economía popular y solidaria, de empresas de trabajadores, cooperativas y otros emprendimientos económicos productivos sin fin de lucro, dentro de lo que se conoce como la Economía Social. Lo que resulta claro es que la acumulación ilimitada de capital será considerada lisa y llanamente un atentado contra la ética global y no será permitida.
Eliminación del sistema publicitario
La manipulación mediática para imponer o expandir las ventas de un producto está hoy tan naturalizada que casi no somos conscientes de lo aberrante que es. Ingentes sumas de dinero se gastan en el intento de capturar franjas de mercado en detrimento de la competencia.
Descentralización: revalorización de una producción y un consumo locales.
Una política de descentralización demográfica hacia áreas rurales y centros urbanos pequeños, de escala humana, y la distribución de la tierra en pequeñas parcelas a millones de nuevos campesinos retornados de los cinturones suburbanos marginales, en los que se practiquen adecuadas estrategias agroecológicas, contribuirán a descargar aún mas la presión sobre el ambiente, distribuir la presión remanente, ya de por sí disminuida al 50 %.
Una institucionalidad inédita será capaz de vincular las comunidades locales a los procesos de Ciudadanía Mundial.
Sustitución de contaminantes y no renovables por procesos y productos sucedáneos ecológicamente compatibles
Aquellas manufacturas y servicios que por consenso democrático sean considerados útiles, lo cual naturalmente variará de región en región, deberán satisfacerse mediante tecnologías apropiadas.
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Las anteriores son algunas estrategias de decrecimiento. Ahora bien, es lo cierto que en cierta medida, estas estrategias todavía son feudatarias de un pensamiento eurocéntrico. Ellas tienen como punto de partida, una situación de necesidades satisfechas. Asimismo, no reparan suficientemente en la crítica a la forma de explotación y transformación de los recursos, que es el modelo industrial –ni se hace crítica del industrialismo como ideología y visión de mundo-. Lo anterior las hace susceptible de ser recuperadas funcionalmente por el sistema, y generar una especie de “culpabilización” de los países empobrecidos y de los pueblos, que están en la vorágine de una dinámica desarrollista (crecimiento), por lo demás, que les viene impuesta desde los centros mundiales del comercio.
Diálogo
César Osorio: Formo parte de una organización social (CEPA) y en esta hemos realizado algunas lecturas de la crisis, que traen a discusión la cuestión del desarrollo. Desde nuestra lectura, más que una crisis financiera, el capital enfrenta una crisis civilizatoria. La más común versión de las crisis es la falta de escrúpulos de algunos cuantos agentes. Sin embargo, hay dimensiones de la crisis que afectan al Sur:
- La crisis de carácter social: profundización de la exclusión. Con la globalización, el capitalismo extendió la explotación a nuevos escenarios planetarios.
- La crisis energética: los agentes del capital buscan nuevas fuentes energéticas, como los agrocombustibles, que no necesariamente son limpias.
- La crisis alimentaria: producto de la proliferación de las fast food, de la sobreproducción y la paradójica expansión del hambre.
- La crisis ecológica: que se expresa en la destrucción masiva de los ecosistemas.
Frente a estas crisis, se impone la pregunta ¿cuál es la salida? Ha habido una captación ideológica por el capital del término desarrollo, por esto se ha asimilado al progreso y al crecimiento económico. Una forma alternativa es considerarlo como el paso de un orden social a otro; por tanto, una visión que lo supere supone un cambio en las formas de producción material de la vida social, que no atente contra la naturaleza y el trabajador. Esta búsqueda de alternativa al desarrollo implica, al menos:
- Una idea ecosocialista: la construcción de un sistema productivo que no se base en el consumo de combustible fósil.
- Recuperar la idea de producción social, al menos de lo necesario para la reproducción de la vida y la satisfacción de necesidades.
- Recuperar algunos ejemplos de procesos de construcción de alternativas de desarrollo.
También hay que enfrentar los mecanismos de acumulación tradicionales, por ejemplo, la guerra, que hoy es una estrategia de la reorganización de la economía capitalista. Esto demanda una postura antimilitarista.
En fin, nada garantiza que no vaya a haber una profundización de las estrategias neoliberales, esto porque se ha generado una inviabilidad del consumo, por la vía del crédito. Por eso la pregunta: ¿en un modelo de consumo que está basado en el crédito, cuánto tardarán los gobiernos en impulsar e implementar un sistema de consumo salarial?
David: La estrategia de decrecimiento, me parece a una simple estrategia de reducción del PIB, entonces, lo que no se consume internamente, se consumiría afuera. Esto parece otra estrategia de dominación…